En la entrada de hoy vamos a estudiar la reforma de Wert, sobre todo varios puntos que afectan al bachillerato en concreto y a la enseñanza en general , viendo así si las pasadas huelgas de carácter general en protesta contra la nueva ley están plenamente justificadas o por el contrario no tienen fundamentación alguna.
Para empezar, Wert pretende mercantilizar la educación, ya que apunta en la ley más bien a la educación como medio para crear ciudadanos empleables y capaces de competir en el mercado. Esto hace que pierdan importancia otros factores importantes en la educación como la adquisición de valores que nos ayuden a ser mejores ciudadanos y personas el día de mañana, así como a comportarnos y afrontar los problemas como es debido. A esto se suma la supresión de la asignatura de educación para la ciudadanía y el aumento de horas de religión.
También incluye una definición del sistema educativo español en la cual familias y asociaciones de padres no han sido incluidas pero sí sin embargo los agentes privados a los que se da capacidad reguladora, lo cual puede interpretarse como un inicio de la privatización total del sistema de enseñanza.
Otro inconveniente de esta ley es que permite aumentar la ratio de las aulas, es decir, el número de alumnos por profesor en un 10%, tendiendo pues a la masificación cuando la demanda así lo requiera, y además, esta ley permite la impartición de clases por parte de docentes que no cuenten con la oposición. Ambas medidas pueden causar una disminución en el rendimiento y mayores dificultades para el aprendizaje por parte de los alumnos.
En el caso específico de bachillerato se elimina la vía para elegir de tecnología, pudiéndose escoger únicamente ciencas, humanidades, ciencas sociales y arte.
Otra medida (una de las más comentadas) es la de la supresión de un año de la E.S.O. y el aumento de un año de bachiller, además de la eliminación de selectividad que hará que la selección de los alumnos aceptados en dichos centros pase a manos de las propias universidades que deberán tener en cuenta en un 60% al menos las notas del bachillerato (no olvidemos que será un año más largo) premiando además las notas en las asignaturas relacionadas con los estudios que el alumno pretende cursar y su formación complementaria.
Además de esta serie de factores también cabe destacar el contenido totalmente antidemocrático de esta ley tanto en el proceso de elaboración de la ley dando la espalda a la comunidad educativa así como a grupos políticos y sociales y Comunidades Autónomas, como en la organización de los centros educativos en la que una dirección nombrada a dedo por la administración pasa a tener poderes absolutos en la gestión de los mismos.
En mi opinión, esta ley tiene tanto pros como contras, pero estos últimos son de mayor relevancia ya que pretende transformar la enseñanza y no precisamente para mejor, pretende manejar a los estudiantes como simples piezas de un puzzle que es el mercado laboral, privatizar la educación y otra serie de medidas con las que ni yo ni una gran parte de la población que está al tanto de ellas podemos estar de acuerdo, por tanto creo que las huelgas generales que tuvieron lugar los pasados meses están más que justificadas y deberían servir para la reflexión de esos pocos que pueden hacer algo para cambiar la situación que se nos viene encima.
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